La República Española, Manuel Azaña y la emisión de “La Rubia” en 1937: Historia de una moneda icónica

Introducción: Contexto Histórico-Político-Social que lleva a la República
A comienzos del siglo XX, España enfrentaba una serie de tensiones sociales, políticas y económicas que culminaron en el colapso de la monarquía parlamentaria de Alfonso XIII. La derrota en la Guerra de Marruecos, las desigualdades sociales, el crecimiento del movimiento obrero y las continuas crisis económicas erosionaron la confianza en el sistema monárquico.
El 14 de abril de 1931, tras unas elecciones municipales que dieron la victoria a los partidos republicanos en las principales ciudades, se proclamó la Segunda República Española. Fue un cambio radical que marcó el fin de la monarquía y el inicio de una nueva etapa política. La República prometía modernizar el país, impulsar reformas sociales y económicas, y redistribuir el poder en favor de las clases trabajadoras. Sin embargo, la transición no fue sencilla. Las tensiones entre diferentes sectores políticos –desde la derecha conservadora hasta la izquierda revolucionaria– se intensificaron, creando un escenario de gran inestabilidad.
Manuel Azaña: La figura de un presidente en tiempos de transformación
Uno de los personajes clave de la Segunda República fue Manuel Azaña, una figura central tanto en los avances como en las dificultades del proyecto republicano. Intelectual, abogado y político, Azaña fue un defensor de la modernización de España, el laicismo y las reformas democráticas.
Azaña asumió diferentes roles en el gobierno republicano, incluyendo el de ministro de la Guerra, presidente del Consejo de Ministros y, finalmente, presidente de la República en 1936. Como ministro de la Guerra, implementó reformas importantes en el Ejército, buscando reducir su poder político y asegurar su lealtad al gobierno civil. Durante su presidencia, Azaña representó el ideal republicano de equilibrio y progreso, aunque sus esfuerzos fueron obstaculizados por las profundas divisiones internas del país.
La figura de Azaña es recordada por su elocuencia, sus ideales progresistas y su determinación en tiempos de adversidad. No obstante, también enfrentó críticas tanto de la derecha, que lo consideraba una amenaza para sus intereses, como de sectores de la izquierda, que lo acusaban de ser demasiado moderado.
La Guerra Civil Española: Un País Dividido
En 1936, la situación política alcanzó su punto de ruptura con el estallido de la Guerra Civil Española. El conflicto enfrentó al gobierno de la República, respaldado por un espectro de fuerzas políticas de izquierda, contra los sublevados franquistas, apoyados por sectores conservadores, monárquicos y la Iglesia. La guerra no solo dividió al país geográficamente, sino también en términos ideológicos, sociales y culturales.
En este contexto, el gobierno republicano enfrentó grandes desafíos, incluyendo el financiamiento de la guerra y el mantenimiento de la economía. La necesidad de mantener la circulación monetaria llevó al gobierno a acuñar nuevas monedas y emitir billetes que reemplazaran a las divisas retenidas o controladas por el bando franquista.
La Emisión de la Peseta de 1937: “La Rubia”
Entre las medidas económicas adoptadas durante la guerra, el gobierno republicano emitió en 1937 la famosa moneda de 1 peseta, conocida popularmente como “la rubia”. Este apodo surgió debido a la figura femenina que aparece en el anverso, una alegoría de la República que simboliza libertad, progreso y esperanza. La mujer, con cabello suelto, está acompañada de espigas de trigo, un claro símbolo de prosperidad y abundancia.
“La rubia” fue una moneda de aluminio, un material ligero y económico que reflejaba las limitaciones de recursos del gobierno republicano en tiempos de guerra. Este detalle técnico no solo es una curiosidad, sino también un testimonio de las circunstancias excepcionales de la época. Además, el uso de aluminio permitía su rápida fabricación en un momento en que la República necesitaba asegurar la circulación monetaria para sustentar su economía.
En el reverso de la moneda se encontraba el valor nominal, “1 peseta”, acompañado de la inscripción “República Española” y rodeado de un diseño sencillo pero funcional. Esta moneda no solo cumplía un propósito económico, sino que también transmitía un mensaje político y propagandístico: reafirmar la legitimidad del gobierno republicano frente a las fuerzas sublevadas.
Conclusión: Una Moneda con Historia
“La rubia” no es solo una moneda; es un reflejo tangible de uno de los periodos más convulsos de la historia de España. Encapsula la lucha del gobierno republicano por mantener su legitimidad, su mensaje ideológico y la necesidad de adaptarse a las difíciles circunstancias de la Guerra Civil.
Hoy en día, esta moneda es un tesoro para coleccionistas e historiadores, un testimonio de una época en la que el futuro de España estaba en juego. La Coincard diseñada por Carabassar, que resguarda esta moneda histórica, es una oportunidad única de poseer un fragmento de ese pasado.
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